Elegante, casual, hipster, hippie, deportivo, ejecutivo, tradicional, discreto, atrevido. No existe un estilo ideal. Parece un tema obvio, pero no lo es. Y no estoy hablando solamente de moda, sino de forma de vida. Tu estilo se extiende a tu casa, tu carro, los colores que eliges, tus hobbies, hasta tu manera de alimentarte. Aunque no lo creas, tu estilo te define ante tí misma y ante los demás.
TU ESTILO, TU MIRADA
A medida que vamos cumpliendo años, va cambiando nuestra manera de ver la vida y con ella, no sólo nos transformamos nosotros, sino que cambian nuestros gustos y preferencias. Ya no dependen de lo que opinan los demás, sino de lo que pensamos nosotros mismos.
Quizás en tu juventud adorabas los tacones de veinte centímetros, tal vez prefieras mocasines de cuero o sandalias (o sigas amando los tacones). No hay una norma.
También podría suceder que con el paso de los años, te hubieras perdido en las rutinas diarias, en tus roles de madre, ejecutiva y ahora, quizás jubilada o abuela y estés desorientada en lo que concierne a tu estilo personal.
ESTILOS PARA TODOS LOS GUSTOS
No importa cuál sea tu estilo de vestir, de decorar tu casa, de vivir. Lo que importa es que te sientas bien con ello y que lo lleves porque te identificas y te encuentras a gusto. Aquí te dejo unos cuantos tips para descubrir cuál es tu estilo:
- Da un paseo por las fotos que tienes guardadas. Seguramente encontrarás en ellas varias cosas en común. Por ejemplo el uso de collares, o jeans en todas ellas, cambios de look frecuentes (o ausentes). Mírate como si la que ves es una amiga tuya. Es un excelente ejercicio tomar un poco de distancia y verse otra vez.
- Aprovecha que la red está llena de páginas de moda de todos los colores y sabores. Ya pasaron los tiempos en que todo el mundo se vestía igual. Amo este siglo XXI con su variedad y posibilidades.
- Abre tu clóset. Analiza qué te gusta y por qué te gusta. Quizás tengas un apego a ciertas prendas porque te recuerdan algo, o al contrario, odies algunas por la misma razón. Lo que no vayas a usar más o no te quede (a veces guardamos cosas para cuando nos vuelvan a entrar), dónalo. Alguien más lo está necesitando.
- Es mejor tener pocas prendas que te gusten y que puedas combinar entre ellas.
- Asesórate de una amiga sincera y cariñosa.
- Consiente tu pelo. Hazte el corte que siempre quisiste, déjate las canas si te dan ganas o cambia el color de tu pelo. Eso sí, un buen estilista es aquel que te sabe asesorar y no el que te dice que quedaste divina sin ser cierto.
- Si no tienes un espejo de cuerpo completo, cómpralo ya.
- Échate piropos. La vanidad es buena, el narcisismo ya no tanto. La vanidad te permite apreciarte a tí mísma, el narcisismo te hace adicta a tu imagen.
Ahora sí, manos a la obra. A ser tú misma, tú mismo. Cuéntanos cómo te fue con la experiencia, manda fotos y si quieres las publicamos. Sé una o uno de los modelos de CINCUENTAÑEZ Y MAS.
Deja una respuesta