!Qué miedo!

Photo by Ryan Miguel Capili on Pexels.com

Tengo fama de temeraria. Nada más alejado de la realidad. Una persona temeraria ama los riesgos, en ocasiones no mide consecuencias y con frecuencia tiene comportamientos que ponen en peligro su vida y también la de otros. He practicado deportes y he tenido experiencias que me han hecho parecer temeraria, como bucear, nadar en aguas abiertas, recorrer carreteras en bicicleta (entre muchas otras cosas). Y si. Antes de hacer todas esas cosas he sentido miedo, él no me ha detenido. No es que sea masoquista, ni mucho menos. Alguna vez me han preguntado ¿si sufres en el proceso por qué lo haces, es que te gusta sentirte mal?

La respuesta es No. Claro que no me gusta sentirme mal, no me gusta sufrir. ¿A quién le gusta? Bueno, tal vez a algunas personas pero este no es mi caso. Pero si el miedo me hubiera detenido, creo que mi vida no habría sido tan interesante como siento que lo ha sido hasta el día de hoy. He tenido que superar varios miedos, mirarlos de frente, sentirlos, meterme dentro de ellos como si fuera un avión pasando por entre nubes de tormenta para luego saborear las mieles del cielo azul y despejado al otro lado. También he dejado pasar oportunidades a causa del miedo, ya no vale la pena arrepentirse, pero he de ser honesta y aceptarlo.

Siento que en la medida que me hago mayor, me he vuelto un poco más miedosa (¿nerviosa?) que antes. Dejar jugar a mi perrito Momo sin correa fue como asomarme por un precipicio, me temblaron las piernas, el corazón casi se salió de mi pecho, pero a pesar de todo lo hice. Podría haberlo dejado pasear toda su vida con correa para evitarme el estrés, pero no se imaginan la felicidad de verlo correr y jugar libre con otros perros.

Y también le he perdido el miedo a otras cosas. No sé si al cumplir años nos relajamos en algunos aspectos, como con «el qué dirán», hacer el ridículo de vez en cuando, decir no puedo, decir NO, pedir ayuda, no tener un cuerpo «perfecto» y muchos perdemos el miedo a la soledad (entre tantas otras cosas). No sé tu, pero yo tengo miedos nuevos, miedos viejos y miedos que he superado. No me da miedo admitirlo.

Cada cual sabe cuáles fueron, son y van siendo sus miedos. El miedo es normal, es una emoción arraigada a la supervivencia de la especie, protege del peligro. Y no todos los peligros son físicos, no sólo le tememos a la muerte, le tememos a la enfermedad, al abandono, a la pobreza, al engaño, al desprecio, a la indiferencia (y mil cosas más).

Entiendo la utilidad biológica del miedo y también la humanidad del miedo. Pero cuando ese el miedo nos impide vivir una buena vida, tener experiencias enriquecedoras, caminar nuevas rutas, aprender, amar, es hora de hacer algo al respecto (si queremos, somos libres para elegirlo). No siempre podemos atravesarlo por nuestros propios medios, a veces necesitamos ayuda, un empujoncito, apoyo profesional, ser inspirados por algo o por alguien. Como decía por ahí la campaña publicitaria de una empresa de seguros, «el único verdadero riesgo, es vivir». Si permitimos que el miedo nos paralice, nos encierre, nos aísle, no vivimos: sobrevivimos.

Te invito no sólo a sobrevivir. Te invito, nos invito a saborear la vida, a atravesar las tormentas personales, a ir más allá de los miedos, a estrenar valentía. Como les digo a mis niños en las clases de natación: valiente no es el que no siente miedo jamás (ese está un poco loco), valiente es quien toma la decisión de enfrentar sus miedos.

Por cincuentanezymas

Mujer, amiga, hermana, madre, educadora, loca, cuerda, trabajadora, vaga, deportista,creativa, independiente, librepensadora,audaz, temerosa. Un ser humano común y corriente, enamorada de la vida.

6 comentarios

  1. Es cierto mi niña….el miedo no nos deja vivir a plenitud y nos aleja de nuevos aprendizajes que seguramente nos permitirían vivir mejor. Gracias por tus apuntes y reflexiones en voz alta.

    Le gusta a 1 persona

  2. Los miedos nos retan día a día y es fabuloso cuando a medida que va pasando el tiempo aquellos miedos que son tan parecidos a un espanto dejan de serlo, se han convertido en retos y finalmente metas alcanzables, creo que cada cuál be los miedos a su manera, pero aceptar que se tienen es la primera etapa para poder superarlos. 💞

    Me gusta

  3. Los miedos nos retan día a día y es fabuloso cuando a medida que va pasando el tiempo aquellos miedos que son tan parecidos a un espanto dejan de serlo, se han convertido en retos y finalmente metas alcanzables, creo que cada cuál ve los miedos a su manera, pero aceptar que se tienen es la primera etapa para poder superarlos. 💞

    Le gusta a 1 persona

Deja un comentario

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: