Hace algunos años, alguien me dijo que mis frases estaban llenas de PEROS. No lo acepté en primera instancia, de hecho me sentí indignada con esa crítica. Sin embargo me quedé pensando y empecé a observarme; muy a mi pesar tuve que reconocer que ella estaba en lo cierto…con esa odiosa palabra me saboteaba a mí misma y mis relaciones.

Si vamos a decir algo agradable, porque sale del corazón y queremos que alguien se sienta bien, pues lo lógico es simplemente expresarlo. Si por el contrario, queremos hacer una crítica, comunicar una opinión personal que tal vez sea contraria a la de nuestro interlocutor, lo lógico es hacerlo, con respeto y claridad. Lo que no es tan lógico es que unamos una palabra amable como antesala de una crítica, como quien dice, borrar con el codo lo que se hace con la mano. Intentaré poner este tema en contexto con algunas expresiones bastante comunes.
Hay frases campeonas, uno sabe que va a aparecer un PERO en cualquier momento; son halagos o expresiones cariñosas que buscan amortiguar el efecto de desenlaces indeseables y tristemente esperados. Aquí, varios clásicos:
Eres muy especial, te valoro mucho, tienes muchas cualidades, PERO...no necesito seguir adelante, después de ese PERO, hay un montón de posibilidades, entre ellas: necesito tiempo, conocí a alguien más, no eres tu soy yo, habrá un recorte de personal, te tendremos en cuenta y te llamaremos en cuanto podamos, etc., etc., etc. ¿No sería mejor decir las cosas como son, con claridad? ¿No les parece muy cruel ilusionar y luego hacer un giro de 180 grados?

Quedó muy rico PERO…Es clarísimo que ese PERO significa que no le gustó. Ustedes me dirán que hay que ser políticamente correctos, no es necesario herir, una mentirilla piadosa no se le niega a nadie. No sé qué opinen ustedes, pero, una vez dicho el PERO, ya la otra persona ha percibido que algo anda mal, que le están dando contentillo. Mis respetos para quienes piden una opinión y están dispuestos a recibir cualquier tipo de comentario. Y para terminar este punto, quisiera decir que no siempre es necesario dar una opinión y menos, si nadie la ha pedido.

Respeto tu opinión PERO…pero estamos a punto de dejar de respetarla. Yo solía usar con frecuencia esta frase y un día, una persona muy cercana me dijo: no «respetes» tanto mi opinión, simplemente dime que no estás de acuerdo, o quédate en silencio. Es más sensato (y respetuoso) decir, «opino diferente»; además la vida sería muy aburrida si todos nos dieran la razón…no aprenderíamos nada nuevo. Y ¿saben?, el respeto no se anuncia, se practica.

Te amo PERO…Esta es la campeona. La expresión TE AMO se defiende sola, es fácil de entender, llega directo al corazón (cuando sale de él), no necesita ser ensuciada con un PERO. ¿Y si queremos decir algo más? Lo podemos decir en el momento adecuado, que jamás debería ser después de decir, TE AMO.

VIVIR AL MÁXIMO
Más de uno podrá preguntarse qué relación tiene este tema con el BLOG que nos reúne. Pues bien, el lema, más que tener más o menos de cincuenta años, es, VIVIR AL MÁXIMO. Y no me refiero a hacer viajes alrededor del mundo, lanzarnos en paracaídas, empezar a practicar buceo o vivir relaciones llenas de fuego y pasión. No se confundan, quien lo desee, adelante, cada cual con sus sueños y sus gustos. Lo que yo llamo VIVIR AL MÁXIMO, es aprender a sacarle lo mejor a cada momento (no todos los momentos son agradables, hay muchos de ellos que nos ponen a prueba), es aprender a tener relaciones sanas, comunicarnos con amor y claridad. No hay un VIVIR AL MÁXIMO igual para todo el mundo, para mí puede ser estar sentada frente al computador escribiendo y luego corrigiendo este texto, disfrutar un café humeante, aspirar su aroma, matricularme en talleres de cuentos aunque no siempre me digan que el mío quedó bien escrito, sudar y luego relajarme con una sesión de Yoga. Y para ti, que me estás leyendo, VIVIR AL MÁXIMO es algo completamente distinto.

¿Cómo saber si vivimos al máximo? No hay una medida, pero hay signos: a pesar de los problemas, vivimos experiencias en las que sentimos el palpitar de la vida, las sonrisas son genuinas, las luchas tienen sentido, pequeñas y grandes cosas nos sorprenden, aprendemos, nos transformamos, si caemos, somos capaces de levantarnos (a veces necesitamos que nos tiendan una mano), sentimos que tenemos algo para dar y mucho que agradecer. Yo me pregunto, ¿Cómo VIVIR AL MÁXIMO si nos dedicamos a ponerle PEROS a casi todo?
Y ahora, mi invitación: reconocer los PEROS, reubicarlos o eliminarlos (no sólo en el lenguaje, también en la vida). A la hora de amar, elogiar, hacerlo con sinceridad, disfrutar del momento y a la hora de hacer una crítica, comunicar una decisión difícil o expresar un desacuerdo, hacerlo con respeto, claridad y amor.

Deja una respuesta